Vida y obra Estudió con Miguel Gerónimo de Cieza, con quien intervino en la decoración de los altares de las fiestas del Corpus; pero su orientación definitiva la marcó el magisterio de Alonso Cano. A la muerte de éste, 1667, comienza a destacar y realiza importantes conjuntos en la iglesia de los jesuitas y en la Cartuja. En 1674, tras la donación de un gran lienzo del Crucificado (de lo más elegante y sentido de la pintura granadina), consiguió que se le nombrara pintor de la catedral, donde realizó obras de importancia, entre las que destaca la Visión de San Bernardo, de apasionado barroquismo y rica coloración.