Las tierras de cultivo en general, y especialmente las sometidas a temporadas de lluvia o inundaciones, han de estar provistas de mecanismos de drenaje que permitan, por un lado, el aprovechamiento prolongado de las aguas y que eviten, además, que las plantas se ahoguen por exceso de líquido. El drenaje constituye un conjunto de obras y trabajos realizados con el fin de mejorar las malas condiciones de desagüe que pueden existir en determinada área, para lo que se remueve por medios artificiales el exceso de agua de sus tierras, tanto en la superficie como en el subsuelo. Si bien se trata de una práctica antigua, no se le concedió importancia capital dentro de las técnicas agrícolas hasta épocas recientes, en las que fue instaurado como procedimiento complementario del regadío. Representa un método eficaz para mantener la salubridad de las regiones tendentes al encharcamiento y susceptibles de convertirse en ciénagas. Los modernos sistemas de drenaje se pueden diferenciar...