En la percepción sensorial, los diferentes matices cromáticos de una obra pictórica o la variedad tonal de una composición musical obedecen principalmente a las alteraciones de una magnitud física, la frecuencia, que caracteriza los fenómenos ondulatorios lumínicos y sonoros. Se llama frecuencia al número de veces que se repite un fenómeno periódico en la unidad de tiempo. La unidad de medida de frecuencias es el ciclo por segundo o hercio (Hz), también llamado hertz en la nomenclatura internacional, aunque en algunos fenómenos, como las ondas de radio, se emplean sus múltiplos, el kilohercio y el megahercio, que equivalen a mil y un millón de repeticiones por segundo, respectivamente. Desde el punto de vista de la física, el concepto de frecuencia adquiere una especial importancia en el tratamiento de ondas, perturbaciones de tipo energético que se propagan en el espacio con una velocidad determinada. La rapidez de desplazamiento del frente de onda depende...